El orgullo macho se puede herir de muchas maneras y hoy he descubierto una nueva…, ahí va la historia de hoy.
Estaba yo en el Brico (no voy a dar nombres porque no me pagan por hacerles publicidad) comprando un rodillo nuevo y otra serie de instrumentos para continuar con mis reformas, cuando dos mozalbetes han resultado heridos de muerte en su orgullo al cerciorarse de que frente a mí no tenían ni piiiiiii idea.
De primeras me han mirado raro tipo: “qué hace una chica como tú en un sitio como este???” y yo a lo mío (un pack de rodillos de 15, otro grande, etc.), pero con la antena orientada hacia ellos. Por medio de este modo tan habitual de cotilleo español he descubierto su ignorancia al oírles: “aquí pone que el alargador es de un metro y esto no mide un metro!!!!”. Así que en plan bien me he metido en la conversación para explicarles que era extensible y que si aflojaban el tope encontrarían el medio metro perdido en su palo…
Mientras observaban la demostración he podido escuchar desquebrajar su orgullo y únicamente han soltado un educado: “gracias”. Un gracias que realmente ha sonado a “perra”, el cual me ha dado la suficiente chulería como para volver a meterme en su conversación por segunda vez cuando estaban discutiendo de si la pintura que pensaban coger había que diluirla en agua o no… Tras plantarme frente a ellos con mi mejor sonrisa les he aclarado que esa pintura venía preparada para aplicarla directamente sobre la pared, igualita a la que llevaba yo colgada del brazo a modo de bolso.
Lógicamente el tonito y su inaptitud han derivado en un escueto: “vale”, que ha sonado a: “listilla toca pelotas…”.
He de reconocer que me ha encantado el momento y que mi segunda intervención ha sido para tocar eso que no me han dicho pero si pensado… Porque una chica como yo se defiende mejor que muchos hombres en un sitio como ese…
Estaba yo en el Brico (no voy a dar nombres porque no me pagan por hacerles publicidad) comprando un rodillo nuevo y otra serie de instrumentos para continuar con mis reformas, cuando dos mozalbetes han resultado heridos de muerte en su orgullo al cerciorarse de que frente a mí no tenían ni piiiiiii idea.De primeras me han mirado raro tipo: “qué hace una chica como tú en un sitio como este???” y yo a lo mío (un pack de rodillos de 15, otro grande, etc.), pero con la antena orientada hacia ellos. Por medio de este modo tan habitual de cotilleo español he descubierto su ignorancia al oírles: “aquí pone que el alargador es de un metro y esto no mide un metro!!!!”. Así que en plan bien me he metido en la conversación para explicarles que era extensible y que si aflojaban el tope encontrarían el medio metro perdido en su palo…
Mientras observaban la demostración he podido escuchar desquebrajar su orgullo y únicamente han soltado un educado: “gracias”. Un gracias que realmente ha sonado a “perra”, el cual me ha dado la suficiente chulería como para volver a meterme en su conversación por segunda vez cuando estaban discutiendo de si la pintura que pensaban coger había que diluirla en agua o no… Tras plantarme frente a ellos con mi mejor sonrisa les he aclarado que esa pintura venía preparada para aplicarla directamente sobre la pared, igualita a la que llevaba yo colgada del brazo a modo de bolso.
Lógicamente el tonito y su inaptitud han derivado en un escueto: “vale”, que ha sonado a: “listilla toca pelotas…”.
He de reconocer que me ha encantado el momento y que mi segunda intervención ha sido para tocar eso que no me han dicho pero si pensado… Porque una chica como yo se defiende mejor que muchos hombres en un sitio como ese…
1 comentario:
me ha requeteencantado tu historia. jajajaja
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