El caso es que los perros al igual que los hombres, no son todos iguales... Los hay con más o menos cuento, con más o menos jeta, con más o menos vidas, con más o menos etc.
Total que el sábado tras cruzarme con un Golden Retriever (raza, que no marca, de Totó), me vino a la cabeza una imagen de dicho perro en su casa, tumbado en una cheslonge, vistiendo un batín de seda con apañuelo a juego, sujetando con su manita derecha una copa de Brandy Soberano (ese que decía: “Es cosa de hombres”) y escuchando Cantos Gregorianos...
No se me ha ido la cabeza, no, os aseguro que el amigo de cuatro patas tenía una cara de señor importante descendiente de algún marquesado terrible… Todo lo contrario al macarra de mi Totó, que disfruta bebiendo cerveza, vino o ron-cola, saltando como si le pegara un subidón de cocaína y bailando cualquier pachanga o indie pop…
Vamos que me quedo con la alegría y las trastadas de este destructor-bandolero-gritón, antes que con un perro manta sin vida…
P.D.: Maria Luisa, no me digas que no iba a ser un gran modelo para la campaña que te he propuesto hoy…
No hay comentarios:
Publicar un comentario