El 22 de octubre de hace veintinueve años nacía una sorpresa de 3,300 Kg… y digo “sorpresa” porque todos pensaban que iba a ser un chico por lo fuertes que eran los latidos de mi corazón. Así que en lugar de Felipe fui Cristina y en lugar de regalarme un balón, me regalaron unos pendientes de perla…; cosas de la vida.
Pero no quiero hablar de mí, quiero hablar de mi madre… Mi Cristinita…, la que sufrió nueve meses menos un día mis patadas, la que ha vivido los veintinueve años de mi vida como si fuera la suya…
Ayyy mami mañana nadie se va a acordar de ti, del parto…, todos me van a felicitar a mí, pero yo te debo la vida, sin ti yo no hubiera existido y sin ti no sería la persona que soy… Me gusta mirarte, recordar historias, ir de compras, reñir por el sofá, compartir el brillo en los ojos al hablar de los abuelos en primera persona… Por cosas de la vida este año hemos tenido que cambiar nuestra noche del 21 al 22, por la del 20 al 21… y aunque no es lo mismo espero que me guardes el beso de toda una vida juntas unas horas…
P.D.: La fotito es de ayer, en la Cata de las Bodegas Martínez-Lacuesta y es de mi compañero del periódico Juan Marín.
1 comentario:
¡¡¡Pero qué guapas que sois las dos madre mía!!! Muchas felicidades por partida doble, que por supuesto Cristina I también las merece.
Un besazo enorme para las dos.
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