
Además, normalmente y conforme van pasando los años, el cordel en sí, se salpica de abalorios, que nos transforman en un arco iris marcando así nuestra existencia.
Las fisuras, los pequeños cortes y el desgaste se van reflejando con el paso del tiempo. El cordel lo puede cortar uno mismo o te lo pueden cortar, actos a los que denominamos suicidio o asesinato.
El cordel vive libremente, aunque en ocasiones otros cordeles le dan más o menos metros... Hay cordeles con los que te cruzas y a los que prefieres ver alejarse antes que atarlos, aunque la distancia no siempre es lo que uno busca del otro cordel y entonces intentas aguantar su tirón para poco a poco volver a recogerlo.
La fuerza de un cordel también varía, un día puedes tirar de un carro y otro no soportas ni una pluma…
Ayyy… ¿Quién dijo que fuera fácil ser un cordel???
4 comentarios:
Amiga, nadie dijoq ue fuera fácil pero me puedes explicar de donde leches te has sacado esto del cordel??
beso granddddddddddeeeeeeeee
¿¿¿¿¿¿¿¿¿???????
Inés, tenemos que hacer pronto una sesión de Skipe. Mola lo del cordel eh??.
M.M., se me va mucho la cabeza... Qué ganas de darte un beso el mes que viene!!!.
MUAK, MUAK
Jajajaa!!! (por lo del cordel)Falta poco Cris, para conocerte.... y a Totó, claro!!!
Publicar un comentario