En el periódico recibimos muchas visitas de colegios, pero los niños que se llevan el premio a chillones, alborotadores, charlatanes, movidos, etc., es para mis compañeros... Porque yo sigo siendo una más de ellos, soy una Marista... y no soy la única que presume de ello. Muchos de mis compañeros de trabajo también son Maristas (Pablo Álvarez, Quique Martínez Armas, Toño del Río, Justo Rodríguez, Roberto Gómez, Carlos Santamaría, Leo Brox…) y aunque las diferencias de edad son sustanciosas, hemos compartido profesores y en estos dos días también hemos compartido batallitas cual abuel@s cebolletas (Pablo, prometo contarte más como la del Hermano Cristóbal y las compresas).

Qué tiempos, qué maravilla…
Yo también fui de visita a Diario La Rioja y os puedo asegurar que este tipo de excursiones eran geniales, imposibles de olvidar y salpicadas de cientos de anécdotas que hacen que mi madre se parta de la risa al recordar (ella casi siempre nos acompañaba, por eso la querían y quieren tanto mis compañeros de clase)...
En el periódico como estaba la rotativa dice que nos pusimos con las manos en alto para no meterlas en la tinta… Cuando fuimos a Campofrío nos regalaron paquetes de salchichas y mientras visitábamos luego la Catedral de Burgos, en lugar de hacer caso, lo que hacíamos era sacar salchichas de los bolsillos… En Licor del Polo nos dieron un montón de cosas, entre ellas un tubo de pasta de dientes con sabor a fresa y uno de los niños (del que tan solo diré que se llama David y que lee el blog) se comió en la parte de atrás de autobús el dentífrico como si de una chuche se tratara (parece que lo estoy viendo a David diciéndole a mi madre: “es que está muy buena”.
JAJAJA… Quiero volver a tener seis años, quiero volver a Maristas con Paula, Elena, Antonio, Luis, Carlos, Agustín, Ana, Sara, Juan Ramón, Gonzalo, Ángel, Jaime, David, Miguel, Ignacio… y tantos otros…
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