“… donde las cosas que pasan se ahogan con un buen café…”
Y esta tarde era el momento de seguir su consejo… El objetivo, ahogar todo lo que pudiera ahogar en una taza café, acompañada de la prensa del día y de lo que es más importante, un silencio sepulcral. Porque aunque soy escandalosa por naturaleza, hay rachas, pensamientos, decisiones que se digieren mejor sin ruidos, sin música, sin nada que pueda interferir en un sí o en un no, sin perturbaciones de paz…Creas una burbuja en la que no cabe nada, casi casi ni el aire y escuchando el silencio hablas contigo mism@ diciendo: “La vida puede cambiar cada vez que respiramos, pero para eso hay que poder respirar…”.
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